martes, 31 de diciembre de 2019

Diorama Gigante

Cerraba 2018 con un Gigante... y cierro 2019 con otro Gigante.

Como tiene una posición tan dinámica, he querido hacer un pequeño diorama con un valiente caballero que se ha presentado ha sido escogido voluntario para hacerle frente.

El Gigante de Hielo ya lo presenté a mediados de año, pero no terminé la viñeta hasta después del verano...
El Caballero también lo presenté no hace tanto...


Feliz 2020

martes, 24 de diciembre de 2019

Felices Fiestas

Sí, ha quedado un poquito torcida... un baño en agua caliente le habría venido bien.



Sophie la Sabia les desea una Feliz Navidad.

domingo, 15 de diciembre de 2019

Small World Arnise

La segunda de los Small World Heroes del Bones IV: Arnise, la Bárbara.

domingo, 8 de diciembre de 2019

Deadcember

Sí, ya sé que Ash no está muerto, pero... ¿Quién nos va a proteger cuando se alce el Ejército de las Tinieblas?
Oakley, Ash Williams según Kev White...

domingo, 24 de noviembre de 2019

Hechicero Halfling

Corim el Cernícalo (the Kestrel) gnomo hechicero, el segundo de los halflings/gnomos del Bones III.
Me queda el explorador/pícaro/guerrero... (¿para el año que viene?)
También un pintado bastante rápido, pero, aun así, con alguna luz aquí y allá antes de la tinta...

domingo, 17 de noviembre de 2019

Cocinero Halfling

Pudgin Panflour, el cocinero Halfling, último de los Townsfolk del Bones III.
Pintado rapidito, capa base y tinta, como con todas las figuras que quiero liquidar pronto...

domingo, 10 de noviembre de 2019

Weregorilla

El Hombre Gorila, el tercero de los Lycanthropes del Bones III que pinto.

El pintado es similar al que usé con el Demonio Gorila y lo repetiré con el Werebat y con el Ape Atack del Bones IV.

Poco a poco voy avanzando con el Bones III, que lo tenía bastante abandonado.
Cuento 43 figuras (mejor o peor) pintadas, con otra docena en proceso más o menos avanzado, de 141 pintables, incluidos bichitos y escenografía y excluidas las armas y los transparentes.

domingo, 3 de noviembre de 2019

Sir Rathan Kranzhel, Cazador de Gigantes

El guerrero humano del Dragons Don't Share del Bones II.
Enfrentándose a algo gigante... ¡y no es un dragón!
Es la primera figura que pinto del pack, aunque Andriessa, la maga, la tengo a medias (desde tiempo inmemorial...)
En cuanto a Nathavarr, sigue en su caja, bien guardadito, esperando a que me atreva... seguramente pruebe primero con Gauth, del Bones IV.

domingo, 27 de octubre de 2019

Guerreros Goblins

...Y hoy los Goblins pesados menos ligeros para cerrar el Orctober 2019.

Una cosa que nadie te cuenta cuando empiezas en esto, es que, aunque tú lo que quieres es pintar héroes (buenos o malos, depende de tus preferencias...) lo que realmente necesitas son enemigos... Y un montón.
Y eso lleva tiempo.
Así que, aunque los Góblins no encajan en lo que llamaríamos un ejército (más o menos) regular y uniformado, los he pintado como si lo fueran... ¡Que es más rápido!

He incluido, tanto en esta entrada como en la anterior, algún Góblin de Warhammer (nocturnos del Paso de la Calavera) para comparar el tamaño.
Parecen mucho más pequeños, pero, en realidad, son igual de altos (quita las peanas integrales y las capuchas) que los de Citadel, solo que más estilizados y menos deformes... lo que, tratándose de Trasgos, no estoy seguro de si es bueno o malo ;o)
Quizá les falla un poco la flexibilidad a la hora de usarlos para montar bandas/ejércitos por la falta de poses: Son seis diferentes (un arquero, un lancero, dos con armas a dos manos y dos con arma de mano) repartidas en dos matrices.
Que no es que sea necesariamente malo, pero sí se puede hacer monótono...

domingo, 20 de octubre de 2019

Hostigadores Goblins

Continua Orctubre con la matriz de Goblins ligeros de los Bones III y IV.

De nuevo pintado rápido: Colores base y lavado general con Sepia, solo un pincel seco ligerito sobre la piel...

Los del III están fabricados con el plástico Bones tradicional y los del IV con el nuevo Bones Black.
El nuevo Bones es un poco más rígido y yo diría que se pinta mejor que el anterior, la pintura agarra mejor, resbala menos. También conserva un poco más de detalle.

Eso sí, si no bañas una lanza torcida en agua caliente, seguirá torcida... eso no ha cambiado.

domingo, 13 de octubre de 2019

Mercader Semiorco

Otro de los Townsfolk del Bones III, tras la herrera Elfa y los Enanos cervecero matador matarife de principios de año.
Un pintado rápido y bastante descuidado...


domingo, 6 de octubre de 2019

Orctober 2019

Inauguro el Orctubre 2019 con los cuatro Orcos del Bones III.
He pintado la piel con Middlestone, lavado con Sepia e iluminado de nuevo con Amarillo Piedra.
Caqui iluminado con Buff y lavado con Agrax para las pieles de oveja.
Gris metalizado en las cotas de malla y armas y Hojalata con pincel seco de Bronce en las placas de armadura, lavado todo con Nuln.

Creo que podrían encajar en la banda de Goblins de Northstar que pinté hace un año...

domingo, 29 de septiembre de 2019

Endoesqueletos T-800

Modelos de prueba del Cyberdyne Systems T-800 modelo 1.0.1

Son de la gama Terminator genisys de Warlord Games.

El pintado es spray plata de Pinty-Plus, lavado con Nuln y con un pincel seco de Plata.
Los he usado como modelos de prueba y la idea era lavarlos con tinta azul, pero la que tengo es el Super Wash Blue de Coat D'arms y no fluía nada bien... tuve que volver a lavarlos luego con Nuln, que fluye bastante mejor.

Aun me quedan otras dos docenas,que montaré/pintaré próximamente, Probaré con algunos a darles el tono azul después del Nuln... a ver cómo quedan.

domingo, 22 de septiembre de 2019

Small World Sophie

La versión Chibi de la mascota de Reaper... y la primera figura del Bones IV que pinto.

domingo, 15 de septiembre de 2019

Fuegos artificiales Encina 2019

El fin de semana pasado estuve en Ponferrada. Estuve bastante liado y apenas pude disfrutar de las fiestas, pero me acerqué el sábado, al filo de la medianoche, a ver los Fuegos Artificiales de la Encina y, ya que estaba, me llevé la cámara y el trípode...
Hace un año vi una foto en Instagram (que no he vuelto a localizar...) que parecía estar hecha desde los Barrios y mostraba la cara sur de la ciudad (Marpas incluidos) por delante de los Fuegos.
Aunque le he perdido el rastro (a la foto y al autor) me inspiró y me puse a buscar una ubicación que me diese algo más de paisaje, o que pudiera meter los monumentos en el plano.
Un poco al estilo de las que hice hace unos años en Segovia.
La idea era sacar el castillo y la iglesia de la Encina en el encuadre y los fuegos entre ellos.
Y, para eso, pensé que el mejor sitio sería Otero.
Hice una excursión por el pueblo y me pareció que la mejor ubicación sería en la curva que hay justo por debajo de la iglesia románica de Santa María de Vizbayo.
Los fuegos los lanzan desde el entorno del puente del centenario, así que, para hacer una estimación de por dónde saldrían, calculé directamente sobre el puente.
En realidad, los lanzan, sí, en el entorno del puente, pero estallan aproximadamente sobre el descampado que sube hacia el canal de Cornatel, a 300 o 400m.
Eso hizo que, desde la iglesia de Otero, los viera entre la Encina y el ayuntamiento (se ven las torres iluminadas abajo y a la derecha en las fotos) que tampoco es que esté mal, pero no es exactamente lo que buscaba...
Para el año que viene, ya he localizado (¡en el mapa!) una curva unos 200m más arriba que creo que me dará una perspectiva mejor... ahora me queda subir a ver cómo de despejada está la vista.

En cuanto a la parte técnica...
Como me había ido un poco a tomar viento del sitio, suelo estar mucho más cerca, eché mano del tele, el AF 70-300 G de Nikon, con la D700.
En principio era para dejarlo a 70mm, por aquello de coger castillo, iglesia, etc. pero acabé teniendo que tirar un poquito de zoom (ciento y pocos mm...)
Empecé con mi técnica habitual: F/8 y modo Bulb, pulsando y soltando según los estallidos... pero, por lo que veía en la pantalla, aquello no terminaba de funcionar.
Así que probé otra cosa, dejar el bulb y fijar el tiempo.
Cerré un poco más el diafragma y fui alternando entre F/11F/16 y entre 3 y 6 segundos, dejando el ISO en 400. Y creo que ha funcionado mejor...
Los edificios bien iluminados no me han quedado demasiado sobreexpuestos y, al ser exposiciones largas, los fuegos salen bastante bien...

En Segovia, en 2011, hice las fotos desde dentro de la ciudad, y tanto la calle como el Acueducto estaban perfectamente iluminados.
Aquí me fui casi al monte...


Puedes ver unas series en mi galería de Flickr...

domingo, 8 de septiembre de 2019

Gigante del Caos

El Gigante Mutante del Bones III.
Lo pinté a la vez que el último Gigante de Hielo Vikingo, pero no lo había mostrado porque no me quedó ni parecido.
Aun así, la miniatura en vivo tiene mejor pinta de lo que aparenta en la foto...

Estoy volviendo a pintar, después de casi tres meses, a ver lo que me dura...

domingo, 1 de septiembre de 2019

Crónica de una Travesía Anunciada…

¡...Y ya casi olvidada!
(y sin fotos...)

Justo tres meses después, la crónica de la Travesía de los Aquilianos 2019.

Sábado 1 de junio, 6 menos algo de la mañana, Carlos y yo nos encontramos en la Plaza del Ayuntamiento de Ponferrada, junto a otros más de 400 inconscientes domingueros corredores y andarines para realizar la 24ª Travesía de los Aquilianos.
La temperatura es muy agradable, unos 15/16º, aun así, veo a un corredor que se ha embutido en una bolsa de basura (sí, literalmente, una bolsa de basura) supongo que para usarla a modo de cortavientos mientras va calentando…

Otro que me llama la atención es un fulano con una camiseta que reza: “Tengo más de 60 y voy delante de ti
Y, efectivamente, iba delante de mí y no volví a verle el pelo… una pena no haberle podido hacer una foto.

Me cruzo con un viejo conocido del pueblo (hace mucho que no nos vemos) que me dice “no esperaba verte aquí”. “¡Yo tampoco esperaba verme...!”, le contesto.

Dan la salida y empezamos.

Dejamos que los que tienen más prisa vayan saliendo delante y cogemos el tramo cómodo de bajada hacia el Puente Boeza escoltados por los municipales que van cortando el tráfico de la Av. Del Castillo y el puente Mascarón.

Atravesado el Boeza, comenzamos la subida a Otero. En vez de subir directamente al pueblo, que es lo que yo había entrenado, torcemos a la derecha para subir por la iglesia.
Inciso:
Tanto Carlos como yo habíamos explorado la ruta con antelación (Aquí desde Ponferrada hasta el Cerro de la Pandilla y aquí la subida por Montes y la bajada desde el Campo de las Danzas). Para saber dónde nos metíamos.
Pero lo habíamos hecho basándonos en un track de la travesía del 2013. La semana antes le eché un ojo a la del 2018… y me encontré varias sorpresas.
Esta fue la más agradable de todas… ¡y con diferencia!
Pasado Otero, seguimos por la ladera del Pajariel. Nuestro plan es intentar mantener una velocidad de entre 5 / 5,5 km/h y tratar de no quemarnos en las subidas.
Yo saco mi primera barrita, mi plan es meterme algo al cuerpo cada 4/5 km más lo que pille en los avituallamientos. También llevo un tubito (Decathlon) que convierte mi cantimplora de 1.5l en un camelback… lo había probado desde la segunda ruta a la Robla y me había convencido su comodidad. Carlos tiene uno, pero dice que no le terminaba de convencer, así que va sacando la cantimplora de la mochila… cuando acabamos me dijo que para el año que viene sí se lo llevará.

Empieza a amanecer y el camino nos va poniendo a todos en nuestro sitio, y empezamos a ver las caras que iremos viendo a lo largo de toda la marcha
Llegué a pensar en traerme un frontal, para alumbrarme este primer tramo, pero no es necesario. Hasta que dejamos Otero hay farolas y, a partir de ahí, ya se nota la claridad. De hecho, puede que hubiese alguno, pero no me fijé en nadie que lo llevara…

A nuestro lado va una pareja que se ha traído sus dos perros. No saben si los chuchos aguantarán toda la ruta, dicen que lo máximo que han hecho es poco más de 30km…
Inciso
Entiendo que se los quieran traer, pero yo no me siento muy cómodo con ellos. Me parece bien que disfruten de sus mascotas, lo que no me hace tanta gracia es tener que disfrutarlos yo también… y sí, soy consciente de que este es un comentario antimascotas y probablemente animalófobo con todo lo de ofensivo que pueda tener dicha expresión (no sé si el palabro existe, pero es que mascotófobo suena aun peor…)
La subida hasta el collado del Pajariel, pasado San Lorenzo, no tiene misterio y destaca más en el track de lo que realmente la notas en las piernas.

Toca bajar hacia el valle del Oza y lo hacemos trotando. ¡Ojo! No corriendo, simplemente nos dejamos ir. Eso nos evita tener que ir frenando, y el consiguiente daño en los pies, y nos permite adelantar a un montón de gente.

Una vez abajo, giramos a la izquierda para ir remontando el río en dirección a San Esteban de Valdueza. El camino lo recordaba más llano, pero no tiene más…
Antes de llegar a San Esteban, cruzamos el río Oza por un puente de piedra y tomamos por un senderito hacia Villanueva de Valdueza, el primer avituallamiento… y la subida al cerro de la Pandilla.

El avituallamiento está justo en la carretera, antes de llegar al pueblo. Molestamos un poco al tráfico y un conductor nos da ánimos mientras esquiva a la docena larga de personas que estamos allí (y más que faltan por llegar) Un trozo de plátano, me meto otro en el bolsillo y repongo algo de agua (la gestión del líquido será nuestro punto más débil) y saco el sombrero y las gafas de sol que, aunque aún nos queda un buen trozo por valle, el sol empieza a asomar y hoy va a pegar con fuerza…

Seguimos el camino y, nada más pasar la primera casa del pueblo, hacemos un giro cerrado hacia atrás y a la izquierda para afrontar la dura subida a la Pandilla. Tranquilos, sin quemarnos, dejando que nos adelante gente con más prisa, hacemos los 500m de trepada chunga antes de que suavice (pero sigue subiendo…) y podamos recuperar el aliento… y yo comerme el medio plátano que me metí al bolsillo un km antes.

La bajada hacia Valdefrancos la hacemos también trotando. Una pena que no vayamos a poder hacerlas así todas…
De Valdefrancos a San Clemente de Valdueza hacemos un par de tramos bastante largos por la carretera. Yo este tramo no había llegado a reconocerlo, asfalto aparte, es bastante cómodo…

Un kilómetro pasado San Clemente, afrontamos la dura trepada por las zetas camino de Montes de Valdueza. De nuevo, el plan es marcarnos un ritmo razonable e intentar que no se nos disparen (¡mucho!) las pulsaciones.
Igual que la última subida de una etapa alpina del Tour, la pendiente nos va poniendo a cada uno en nuestro lugar… aunque siempre es más agradable pensar en la gente que voy alcanzando y/o dejando atrás que en la que me lo hace a mí ;o)

Superado ese par de km chungos, nos encontramos con un tramo llano, antes del último repecho que nos llevará al aparcamiento del monasterio de San Pedro de Montes, km 21 y segundo avituallamiento del día.

Al igual que las señales que, un mes antes, brillaban por su ausencia, el puentecillo que, por Semana Santa, se había llevado un torrente, vuelve a estar en su sitio… aunque nos da la sensación de que es algo provisional.

Confieso que no me gusta la Coca Cola, pero los dos vasos que me tomé en el avituallamiento  me supieron a gloria… azúcar y cafeína, me los hubiese metido en vena.
Hay pastelitos (Martínez) con baño de chocolate, me como un par y meto otro al bolsillo…
Al igual que en Villanueva y, más adelanta, en Ferradillo, aquí también hay una ambulancia… Es curioso, pero luego en Rimor no la vimos. No sé si es que no estaba cuando llegamos o que allí, en un lugar más civilizado, consideraron que no era necesaria.

Rodeamos el monasterio y, al otro lado, el camino se bifurca: Señales rojas hacia la izquierda, camino de Peñalba, Cabeza de la Yegua y el resto de cumbres para los corredores de la Travesía Larga (por cierto, a estas horas, diez y pico de la mañana, les acaban de cerrar el control) y señales azules hacia la derecha para los andarines de la Corta.

Giramos a la derecha y atravesamos el pueblo. Tenemos por delante unos 3 km con, aproximadamente, el 12% de desnivel medio. Una subida larga y dura…

A la salida de Montes hacemos una parada en la fuente para ponernos protector solar. Como decía, están siendo las diez y media de la mañana, el sol empieza a calentar y, en las próximas horas, apenas tendremos sombra.
¡Pero no rellenamos las cantimploras!
Error que no cometeremos el año que viene. Sobre todo como haga algo de calor, ese agua fresquita (tirando a muy fría) vendrá bien aunque no tengamos los 30º de este año…

Pasada la fuente la ruta abandona el camino y coge por lo que parece un canalito, por el que baja un hilo de agua, que desemboca en un sendero súper estrecho que ataja un poco y es aún más empinado.
Carlos empieza a tener problemas, va a sufrir amagos de calambre a lo largo de toda la subida. Bajamos un poco el ritmo, pero no quiere detenerse.

Tras cosa de 1km por el canalito (que no canalillo) volvemos al camino y afrontamos la última zeta de subida al collado de los Doce Apóstoles.
Km 24, mitad de camino. La noticia buena es que hemos hecho como el 90 o 95% de las subidas, estamos arriba de todo y solo nos queda bajar… La mala es que estamos todavía a mitad de camino.
Aquí nos damos cuenta del error que hemos cometido al no repostar en la fuente de Montes. Según la organización aquí debería haber un avituallamiento líquido… en realidad estaba puesto tres km más allá.

Afrontamos un tramo de 4/5km que se hace largo… el camino es bueno, no tiene apenas desniveles y se anda bien, pero me da la impresión de que no avanzamos, que estamos siempre en el mismo sitio. A la izquierda la ladera que sube a la Aquiana y al fondo a la derecha se extiende el Bierzo. El problema es que caminas media hora y sigues con las mismas vistas de la ladera a un lado y el Bierzo al otro… parece que no te hayas movido.

Aquí nuestra preocupación es el agua, Carlos está a punto de agotarla y a mí puede que me quede un sorbo más. Afortunadamente nos alcanza un coche de la organización, que, aparentemente, está recorriendo este tramo del sendero, y que nos ofrece comida y bebida. Yo solo cojo un poco de agua, pero Carlos pilla además media naranja que le supo a gloria… los calambres han remitido y ya camina sin problemas.

No somos los únicos rescatados ni los únicos que nos quejamos del desaparecido avituallamiento.
Avituallamiento que encontramos, por fin, en el km 27 y que se suponía que estaba tres km antes. Y no es solo líquido. Nunca he sido aficionado a la sandía, ¡pero tiene mucha agua!

Dejamos un fulano sentado en la única sombra que hay, entre unas escobas, y seguimos el camino. Enlazamos con la carretera que sube al Campo de las Danzas y que nos lleva a un repechito corto pero intenso, antes de enlazar con la Ruta Larga y retomar el camino común hacia Ferradillo.

Este tramo que acabamos de pasar tampoco lo conocía, cuando exploramos la subida apenas pasamos de los Doce Apóstoles, y a explorar la bajada, lo hicimos desde el Campo de las Danzas, por un tramo (corto) de la Ruta A.

El camino es ya de descenso suave antes de encontrarnos con la primera emboscada del día.
Como comenté hace un rato, hay diferencias entre el track de 2013 que usamos en los entrenamientos y la ruta digamos moderna. La primera era la subida Otero por la iglesia y la segunda…
La segunda es una trocha recién desbrozada y que un mes antes (cuando reconocimos esa parte) no existía y que baja desde el camino directamente hasta la fuente de Ferradillo.

Una senda estrechísima. Una bajada vertiginosa, de poco menos de 1km, casi vertical, por la que no podía trotar, en la que apenas me cabía el pie, que tuve que bajar despacito y frenando, y que me hizo un daño terrible…

Llegué al avituallamiento de Ferradillo, al lado de la fuente, jurando en arameo y con la rodilla izquierda diciendo “Llevamos mucho juntos y esta te la voy a pasar… ¡pero mira a ver!

Los sándwiches de jamón y queso nunca han sido mis favoritos, así que tomé fruta (¿plátano?), bebí acuarius y rellené la cantimplora con agua fresquita… Debimos parar como un cuarto de hora, había que recuperarse de la sorpresa desagradable que nos acabábamos de llevar.
Aquí Carlos tuvo una idea brillante, que pondremos en práctica el año que viene: Rellenar una de sus cantimploras con acuarius en vez de agua… en la parte final él estaba bastante mejor que yo y lo achacó a eso.
Inciso:
El plan para el año que viene será aprovechar el servicio de transporte de mochilas de la organización: Puedes pedir que te lleven una mochila hasta el avituallamiento de Montes y/o al de Ferradillo. Luego te las devuelven a Ponferrada.Llevaremos una mochila cargada de bebida isotónica a Ferradillo (en Montes llenaremos con agua fría en la fuente) para llenar nuestras cantimploras sin abusar de la organización.
El siguiente kilómetro es más o menos llano, antes de afrontar el verdadero descenso: 2,5km por un robledal camino de Rimor.
Es una bajada, en general, bastante trotable. Hay algún tramo más vertiginoso o más llano o con suelo de piedra en vez de tierra en los que caminamos en vez correr (una forma de hablar) y, ahora que las dos rutas han vuelto a juntarse, tenemos que estar atentos a apartarnos y no estorbar a los corredores que vienen de la Larga y que nos van alcanzando por detrás. Pero, por lo demás este tramo es bastante rápido y cómodo,

Y nos encontramos con la segunda emboscada del día.
En 2013 la ruta continuaba hacia Rimor por un camino que hacía unas zetas. En 2019, apenas terminado el descenso, el sendero se desvía hacia la izquierda, hacia un paredón muro casi vertical, con las flechas pintadas en el suelo, pero que parecen puestas de pie, corto, apenas tendrá 100m, pero que te hace subir como 20 o 30m y que me puso las pulsaciones a mil… por si creía que se habían acabado las cuestas.

Tras trotar un primer tramo de bajada, seguimos rodeando el cerro por un camino bastante cómodo y con poquita pendiente, aunque siempre descendente, hacia Rimor.
Notamos la distancia y las horas de marcha y el cansancio es como un peso adicional.

Hacemos una parada bastante larga en al avituallamiento, como de 20 o 25 minutos. Sandía, cerezas (¡qué buenas!), reponer agua fresca y enterarnos de que el primer corredor ha terminado la larga en 6 horas… ¡60km en 6 horas! Nosotros estábamos todavía en el avituallamiento virtual.

La parada ha sido quizá demasiado larga y la rodilla izquierda, que me había dado un aviso en la bajada a Ferradillo, se me ha quedado fría. Me duele y apenas puedo doblarla, tardo como 100m en entrar de nuevo en calor y poder caminar normalmente.

Nos quedan alrededor de 9km prácticamente llanos y presuntamente cómodos. Nos llevará algo más de dos horas hacerlos.

Son las tres de la tarde y el calor es importante. Los tres kilómetros siguientes transcurren entre viñas (de cepas bajas) y por asfalto, pegados al canal de Cornatel, a plena solana, para enlazar con el tramo final de rio Oza. Cuando, por fin, alcanzamos la sombra de los chopos, notamos la diferencia de temperatura.
Animado un poco por la sombra y el frescor del agua, cruzamos el río y seguimos otro km junto a una acequia hasta la salida de Toral de Merayo. En otra diferencia más (ya la última) con el recorrido del 2013, no atravesamos el pueblo, sino que rodeamos el cerro hacia el río y luego volvemos para enlazar con el camino del Pajariel.
A la salida de Toral, hacemos la penúltima subida del día: el Túnel. Una trinchera de unos 3m de profundidad cerrada en la parte de arriba por unos jardones. No es gran cosa, pero, a esas alturas, hace daño hasta subir un bordillo.

Abandonamos el camino para bajar por sendero hacia el río… y mi rodilla izquierda decide que ya ha caminado mucho. ¡Y me lo hace saber! Voy a hacer cojeando los últimos 4km…
Encima, como para añadir el insulto a la herida, la cabeza te juega malas pasadas. La temperatura es alta y yo voy con un miedo atroz a que me dé un golpe de calor. Intento beber cada poco, pero lo que llevo en la cantimplora hace rato que ya no es agua, es caldo…

Esta parte final es completamente llana, pero tiene tramos que se meten en el propio cauce, con cantos y raíces, que no son nada cómodos.

Llegamos a la Casa del Botillo, vemos el Castillo al fondo y empezamos a animarnos. ¡Ya casi lo tenemos hecho!

Cruzamos las pasarela del barrio de la Estación y, para bajar a la orilla del ría hay un barranquito como de 1m de altura… que no nos atrevemos a bajar. Preferimos hacer como 10m más para bajar por una rampa menos pendiente.
Una pareja que nos viene alcanzando (unos cuantos nos han superado estos últimos kilómetros) dudan en el mismo sitio… y toman la misma decisión que nosotros.

¡Último kilómetro! Solo nos queda volver a cruzar el Sil y afrontar la subida final por el talud del Castillo.

En plena subida, que, por cierto, como broma final no está nada mal, volvemos a encontrar a la pareja que nos acaba de adelantar. El chico ha sufrido un bajón de azúcar (les pregunto luego en meta) y están parados mientras come algo antes de continuar.

Mi prima ha ido con sus niñas a recibirnos junto al Castillo. Carlos se ha adelantado unos metros, pero, aunque está terminando bastante mejor yo, ni siquiera la presencia de sus hijas termina de animarlo. Ya si eso luego…
En el vídeo que nos graba mi prima (y que no voy a difundir… ¡penita damos!) Se le oye comentar “Papi viene fundido, ni siquiera sonríe…

Seguimos subiendo (¿no habíamos acabado de subir hace 24km?) hasta la plaza de la Encina y tiramos por la calle del Reloj.
La gente que hay en las terrazas nos aplaude a la que pasamos. La verdad es que eso mola un montón y yo casi suelto una lagrimita, solo recordarlo mientras escribo esto aún me emociona…

Desembocamos en la plaza del Ayuntamiento, giramos a la derecha y entramos en meta abrazados… dicen las malas lenguas que para no caernos.

Son las cinco de la tarde.

Llamar a casa “que ya hemos terminado y sigo vivo…”, empanada y cerveza (yo acuarius, que aun tengo que conducir) para recuperar y recoger el certificado que me acredita como finisher de la Travesía de los Aquilianos.


El año que viene más… ¡Espero!  ;o)



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¡Jodidos… pero contentos!
Pin.

domingo, 25 de agosto de 2019

Luna Llena de Agosto

¿Qué tal?

Hacía mucho que no pasaba por aquí... tengo el Blog (y también casi todo lo que no es el blog) muy abandonado.
Desganado sería una palabra más adecuada.

Ya no es que no pinte, es que ni salgo a la montaña (a ver si escribo la crónica de los Aquilianos) ni toco la cámara, ni...

2019_Luna_LLena-Agosto

Hasta que el otro día me asomé a la puerta después de oscurecer y...

La foto está hecha con la Nikon D60 y el Nikkor AF 70-300 G, a F/8, 1/640 e Iso400.

La diferencia de tamaño con la original está en la Focal.
Aquella la tiré a 200mm (300mm en APS-C) y esta a 300mm (450mm en APS-C)

A ver si esto me levanta un poco el ánimo...

domingo, 16 de junio de 2019

Gigante de Hielo... ¡Macro!

El segundo Gigante de Hielo del Bones III

Gigante_de_Hielo_VikingoGigante2_
Pintado, al igual que el primero, también como vikingo gigante...

No he pintado mucho últimamente, pero sí me he puesto una figura que le debo a un amigo (en realidad es suya, yo solo la pinto) desde tiempo inmemorial...

Aunque la figura la doy por terminada, todavía no se lo voy a entregar.
Quiero aprovechar esa postura dinámica para hacer un pequeño diorama.con alguien enfrentándose a él...


Hice las fotos con la Nikon D700, el Nikkor 50mm F1.8 G y un tubo de extensión de 12mm.
A pesar de ser el tubo más corto, me ha dado una ampliación bastante maja, la necesaria para que el gigante me entrase justito en el encuadre...
Las imágenes originales no está recortadas y la única manipulación que tienen es el montaje con GIMP.

domingo, 12 de mayo de 2019

Reconociendo la Travesía de los Aquilianos

El próximo 1 de junio, a eso de las seis de la mañana, estaré saliendo de la Plaza del Ayuntamiento de Ponferrada para hacer la Ruta B de la Travesía de los Aquilianos 2019.
Para saber lo que nos íbamos a encontrar, estas últimas semanas, mi primo y yo, que la vamos a hacer juntos, hemos estado reconociendo los tramos de la ruta que no conocíamos.

Empezamos con la subida larga, de unos 7/8km desde San Clemente de Valdueza, pasando por Montes, hasta el Campo de las Danzas.

En un día bastante asqueroso, dejamos el coche en San Clemente y, con un par de acompañantes, uno de ellos experto en la Travesía, echamos a andar junto al río.
Es un tramo presuntamente cómodo (en realidad este trozo no lo conozco) que viene de Valdefrancos y la bajada del Cerro de la Pandilla, por la margen izquierda del Oza.

Al dejar atrás el pueblo, seguimos por tramo de carretera, como de medio km, antes de girar a la derecha y empezar con lo duro…

Puede que sea el tramo de mayor desnivel (de subida… de bajada hay alguno peor) que vamos a hacer (los de la ruta B… los de la A tienen la trepada a Cabeza de la Yegua) Hacemos unas zetas en las que salvamos (según el GPS) casi 200m de desnivel en poco más de 1km.
Luego la cosa suaviza bastante y, aunque aún queda algún tramo de subida antes de llegar a Montes, es bastante suave y hay muchos tramos llanos.

El día había amanecido frío y húmedo y, aunque aún no había empezado a llover (no tardaría) llevaba varios días cayendo agua casi sin parar y el suelo, de pizarras, estaba mojado y resbaladizo. Además de que uno de los arroyos se había llevado el puentecillo que lo salvaba y nos la jugamos un poco al cruzar por las rocas…

Llegamos a Montes de Valdueza y, mientras empezaba a lloviznar giramos a la derecha, siguiendo las marcas azules de la Ruta B, para salir del pueblo por el camino que lleva a los Doce Apóstoles, el Campo de las Danzas y la Aquiana…
Este es un tramo de alrededor de 3km que salva unos 300m de desnivel. Más largo, pero también más tendido, que va manteniendo un desnivel bastante constante, sin apenas altibajos.

Una vez pasamos por debajo de los Doce Apóstoles, se puede decir que la subida ha terminado y, con ella, la parte más dura (para nosotros) de la Travesía.
Teníamos que volver al coche, así que solo seguimos un poco más antes de dar vuelta, ateridos, mojados y mirando con envidia el sol espléndido que lucía sobre Ponferrada y el corazón del Bierzo… Y el anillo de nubes oscuras y cargadas de agua que lo rodeaban.
La Comarca vista desde Mordor...

El camino por encima de Montes es de tierra y bastante cómodo, tanto para subir como para bajar. Pero, por abajo, la senda que habíamos subido y ahora teníamos que desandar, sigue en parte un antiguo canal romano, de los que llevaban agua a las Médulas. Estos canales están excavados en la roca, que aquí es pizarra...
Pues eso, que con las pizarras sobresaliendo del suelo y mojadas por la lluvia de los días anteriores y la llovizna de esa mañana, el camino de bajada estaba resbaladizo y un poco peligroso, con lo que tuvimos que ir con bastante cuidado.
Y no me olvido del arroyo que se había llevado el camino y ya habíamos cruzado a la ida…

Ya en las zetas, de tierra, los canales los excavaban con poca pendiente, nos encontramos con un ciclista, a pie, empujando cuesta arriba su bicicleta de montaña. Nos saludamos “no vas a poder llegar a Montes, el camino está medio cortado…” “Voy siguiendo un track, pero creo que lo he cogido al revés…” y seguimos nuestros respectivos caminos.

Ya en la carretera, de vuelta al coche, vamos en silencio, masticando unos trozos de empanada de mi madre… ¡solo se oían suspiros!

TL/DR: Primer tramo duro, con mucha pendiente, luego falso llano (a veces no tan falso) por el canal hasta Montes y otro tramo de pendiente constante, más largo, pero no tan duro como el primero, antes de pasar por debajo de los Doce Apóstoles y terminar el tramo duro de la Travesía.
La mayor complicación no será la pendiente en sí (aparte del primer km) sino, más bien, los 15km que ya llevaremos en el cuerpo cuando lleguemos a las zetas.



Dicen que todo lo que sube tiene que bajar, así que, una vez explorada la subida, tocaba engañar a algún alma caritativa para que nos acercara hasta el Campo de las Danzas (o encontrar algún sádico que nos dejara tirados en el monte) y así poder reconocer la bajada…

Por cierto, ¡Pedazo trepada desde Villanueva de Valdueza!, era mi primera vez, no conocía esta zona, pero no va a ser la última...


Empezamos con un par de km muy cómodos, una mezcla de falso llano/bajada suave en dirección Ferradillo. De hecho, el sendero que cogemos resulta demasiado suave…
Llegando al alto que hay por encima del pueblo nos encontramos una vaca que, amablemente, nos dirige hacia un sendero que sale a nuestra izquierda y baja bastante vertiginosamente hacia la fuente a la entrada del pueblo. No vemos ninguna marca de la Travesía, así que seguimos por el camino que rodea el alto… bastante más largo y tendido.

Tras saltarnos el primer descenso fuerte, giramos a la derecha por el camino que sale de la fuente por un tramo bastante llano como de km y medio, para, tras remontar una cuestina, empezar la bajada de verdad…

Los 2,5km siguientes, seguramente sean los más bonitos de la ruta de hoy.
Seguimos un sendero estrechito, a media ladera de la Peña del Reconco, que, a ratos vertiginoso, a ratos no tanto, baja por un robledal espectacular… Los robles apenas empiezan a brotar y ya promete.
En general el sendero es de tierra y, aunque tiene tramos de pizarra, nada que ver con la bajada desde Montes.
Es un descenso precioso, sí, pero no fácil.
EL sábado pasado, con un tiempo fantástico, por cierto, nada que ver con cierto viernes santo pasado por agua, apenas llevábamos media docena de km y bajábamos controlados, pero rápidos.

EL Día D llegaremos aquí con alrededor de 35km en las piernas…
Y a ver con cuánta gente llegamos, que el sendero en su mayor parte es estrechito y solo cabe una persona…

Tras una última cuesta que casi parece un barranco, cogemos un camino, más ancho (¡también más feo!) y con pinta de llevar poco tiempo arreglado, que nos lleva con menos pendiente hasta Rimor.

La parte difícil de la Travesía termina realmente aquí. Estamos a unos 8/9km de meta y casi todo lo que nos queda es llano.

Cogemos la carretera durante 500m antes de girar salir a un camino hacia Toral de Merayo, todo completamente llano y muy cómodo.
A la salida de Toral hay un repechito, poco o nada, después de lo que llevaremos a esas alturas, pero que, precisamente por eso, podría hace daño.
Pasado este repecho, conviene ir atento a la señalización. Nos tendremos que desviar a la izquierda para bajar hasta el río… al contrario de lo que hice hace tres años.

Ya solo hay que seguir la margen izquierda del Sil hasta Ponferrada. El terreno es llano, aunque bastante irregular en los tramos que nos metemos en el propio cauce.
Cruzamos la pasarela del barrio de la Estación y seguimos por la orilla derecha hasta el puente del ferrocarril, donde cruzamos de nuevo el río para acercarnos a la dificultad final: la subida por el talud del Castillo.
Parece poca cosa, pero después de 47km...

TL/DR: En general bastante cómoda, con la excepción de la cuesta que baja a Ferradillo y el tramo del robledal. El resto tiene poca dificultad.
La dificultad real será el cansancio y los más de 30km con los que llegaremos a Ferradillo.


Y ya está, hasta aquí.
Salvo los tramos entre la bajada de la Pandilla y San Clemente y el del Campo de las Danzas, he hecho toda la travesía… aunque en tres días diferentes. Ahora tocará hacerlo todo seguido el mismo día.
Esta no va a ser una ruta de 15/20km de esas que te haces casi con el desayuno.
Al igual que los ciclistas y, como nos decía nuestro Personal Trainer (el cuñado de mi primo, experto en la materia): la clave estará en el CBR: Comer, Beber y a Rueda… desde el primer kilómetro.

¡A ver cómo se da….!

domingo, 5 de mayo de 2019

De León a La Robla… ¡Andando!

Este último par de meses me he puesto a entrenar para la Travesía de los Aquilianos (¡Sí, me he apuntado!)
Y, como necesitaba sabe si iba a poder con los 47km, decidí hacer una prueba de larga distancia…
Mirando un poco en Wikiloc, me fijé en el Camino del Salvador, desde León a Oviedo, y, más concretamente, en la primera etapa, entre León y La Robla, de 25km.

Aprovechando un día decentillo de finales de marzo, cogí la mochila, me calcé las zapatillas y… ¡ahí vamos!
La ruta, que tiene poco misterio, sigue la primera etapa el Camino del Salvador, remontando la orilla izquierda del Bernesga y no tiene demasiadas dificultades, más allá de algunas subidas, cortas pero intensas, entre Carbajal y Cabanillas. El resto es mayormente llano o, como mucho, ondulado.

Salí de León siguiendo la ribera del río hasta las instalaciones del Olímpico. El último tramo bordea una urbanización a medio construir/ocupar (no llega a pueblo fantasma, pero….) y, antes de eso, hay un sendero no muy allá.
Por eso el Camino se desvía bastante antes, atravesando la urbanización que hay al final de Eras, para coger en seguida la carretera de Carbajal. Yo preferí seguir pisando tierra un rato más….

Seguimos atravesando Carbajal, llamado de la Legua, supongo que por estar a una legua de León… pero puede que la longitud del pueblo (¡casi 3km!) también tenga algo que ver. Una pintada al abandonar el asfalto nos desea buen camino.
Yo hoy no llegaré tan lejos...
Abandonamos el asfalto y también el camino cómodo. Hasta Cabanillas tenemos casi 10km de sube y baja aunque sin grandes pendientes. La más dura de casi 90m de desnivel que subimos alrededor del km 14, con un tramo de unos 400m realmente empinado.

Al atravesar Cabanillas me llama la atención la curiosa fachada de ladrillo de la Ermita del Salvador. Aquí hay un albergue de peregrinos, pero, como yo estoy entrenando y no de peregrinación, sigo adelante. Me desvío a la derecha al pasar el puente sobre la acequia y vuelvo a abandonar el asfalto…
Voy bastante concentrado y apenas me fijo en el paisaje, aunque hay algunos rincones bastante guapos.
Una cosa que sí me resulta curiosa, aparte de algún buzón y botiquín para los peregrinos, son los altarcillos (habrá como media docena) que me voy encontrando desde que salí de Carbajal. El primero, con una silla justo enfrente, en una encina con muchas piedrecillas en las ramas… no lo he investigado, pero supongo que será alguna tradición del Camino.

Poco que contar en el siguiente tramo, bastante cómodo, pasando por La Seca, hasta que llego a Cascantes y vuelvo a pisar asfalto.

No me ha gustado nada el tramo que sigue desde aquí...
Aparte de las aceras del propio pueblo, en la carretera no hay arcén ni, en algunos tramos, cuneta, con lo que casi te ves obligado a ir pisando la línea blanca marcada en el asfalto.
Llevo un rato viendo la chimenea (apagada) de la central térmica de La Robla y tengo la intención de llegar hasta allí y hacerme un selfie antes de volver… pero, como decía, el camino es bastante peligroso y lo dejo unos metros antes, cuando llego a un punto en el que tengo que ir por dentro de la carretera, con el río pegado por un lado y un barranco por el otro, con el agravante de una curva con poca visibilidad que… ¡bueno! Que sí, que es domingo a mediodía y hay poco tráfico, pero no me apetece jugármela.
Han sido 24km… que ahora tengo que desandar.

Hago una parada para comer un poco y cambiarme de ropa junto al puente de la Seca. El día amaneció frío pero soleado y ahora la temperatura ha subido y cambio el polar cortaviento por algo más ligero…

El tramo duro entre Cabanillas y Carbajal se me hace duro de verdad… llevo más de 30km y empieza a ser la ruta más larga que he hecho. Voy mirando el GPS y haciendo cálculos mentales: “15km, tres horas…”.
A veces me anima ver lo que me queda… ¡otras veces no! “Al llegar a Carbajal pido un taxi…

Los primeros 8km antes de dejar el asfalto en Carbajal los hice a un ritmo de unos 10:30 min/km… esos mismos 8km de vuelta los haré a un ritmo de 11:30 min/km que me cuesta mantener.

Justo antes de llegar a Carbajal, al pasar junto a una granja, veo un cabritillo en mitad del camino… antes de que me dé tiempo a pensar si me cabrá en la mochila, un mastín, que a la ida pasó olímpicamente de mí, ahora me suelta unos ladridos y me mira con cara de asesino. Lo esquivo con un rodeo por un prado y me cruzo con un pequeño rebaño unos metros más abajo. Copito de Nieve se habría adelantado a explorar…

El paso por Carbajal se me hace bastante penoso. Voy pensando que algo así está fuera de mi alcance y que dónde voy yo, a mis años, a meterme en estos berenjenales…

En vez de desviarme al llegar al Olímpico, decido seguir por la carretera antes de desviarme por la urbanización. Bordeo un barrio con bloques habitados intercalados con otros a medio construir, despojos de la Crisis.
A la izquierda me encuentro con el parque del Monte de San Isidro, que no conocía (cosas de no conocer León) Tengo que hacerle una visita, a este y al de la Candamia…
Atravesada la urbanización, cojo el camino acondicionado del margen del Bernesga hasta llegar a Guzmán, donde paro la grabación de la ruta.

48km en 9h y 10m. ¡Mi record…!

Al apagar Oruxmaps, veo un mensaje de mi primo: el cartel de la Travesía acompañado por un “Yo ahí lo dejo…
Le llamo: “Tú ahí lo dejas… y me da que ahí se va a quedar.”

Estoy realmente destrozado, vivo en un primero y me tiente subir en el ascensor…

Tumbado en el sofá, ya duchado, comido y contadas las ampollas en los pies (cuatro, bien gordas) recuerdo que tenemos pendiente para Semana Santa reconocer la subida desde San Clemente, por Montes, hasta el Campo de las Danzas y, ¡bueno!, que a eso sí que me puedo apuntar…

Mediada la semana, con las ampollas mejorando y el mal trago casi olvidado, empiezo a pensar que, si ya lo he hecho una vez, bien puedo hacerlo otra… ;o)

Sigue el sendero de flechas amarillas, Dorothy...


Y, por si no había tenido suficiente, a finales de Abril volví a intentarlo…
Tras hablar con el cuñado de mi primo que, hace años, hizo un par de veces la ruta A de los Aquilianos (¡corriendo!) y nos está aconsejando, esta vez me organicé un poco mejor.

Hice menos recorrido y a menos velocidad, me quedé a la entrada de Cascantes y no intenté acercarme a la Robla, haciendo solo 43km en 8h 30m,

Fui comiendo algo cada hora, más de lo que suelo comer normalmente cuando salgo de ruta, en un intento de mantener una ingesta regular de calorías. El resultado fue que acabé bastante mejor que la vez anterior.

Me he hecho con un accesorio de Decathlon para convertir una cantimplora en un Camelback. ¡Un invento! ¡Me ha cambiado la vida! Bueno, más o menos… pero eso de poder beber sin parar a quitarte la mochila es una maravilla. Fui bebiendo traguitos cada poco, con lo que bebí más, pero más repartido a lo largo de la ruta. Otra forma de retrasar el cansancio…

Me llevé los bastones, aunque, como no tenía aquí los tacos de goma, solo los usé en los tramos de tierra, dos terceras partes de la ruta. Aun así, acabé con la rodilla izquierda muy dolorida...
Y no entiendo el por qué. No soy consciente de ninguna torcedura o mal paso y, con los bastones, vas quitando presión a las articulaciones inferiores. El caso es que cuatro días después, no llega ni a molestia, pero a veces aun noto un algo…
De nuevo, el paso por Carbajal, a la vuelta, se me hace duro, con la rodilla pulsando a cada paso. Me planteo pedir un taxi, pero parece que el dolor va remitiendo y, para cuando me desvío en el Olímpico (busco el sendero de tierra) ya solo es una molestia…
Eso sí, cada vez que paro en un semáforo, mientras llego a casa, los primeros pasos son un suplicio… Ahora al escribirlo, recuerdo que paré a la entrada (o salida) de Carbajal en una fuente y fue a partir de ahí cuando empecé a notar el dolor, hasta ahí solo eran molestias.

¡Más gente!
Un montón de peregrinos (solos o en parejas) que me van parando (a la vuelta) y preguntando si estoy haciendo el Camino al revés (¿?) y si en Cabanillas hay donde comer (hay albergue…)
Un amable apicultor que me encuentro al volver a Cabanillas y al que le gusta charlar y que me da reparo abandonar, hasta que se encuentra a un conocido y yo ya puedo seguir adelante a mi ritmo.
El primer día, aparte de unos cuantos ciclistas (pero ya en Cascantes y la carretera de la Robla) y tres motos (a paso lento, muy lento) con las que me encuentro  hasta cuatro veces, apenas me cruzo con un par de personas.

El resultado de la prueba (rodilla aparte) bastante bueno…


Estoy pensando, en el mes que me queda hasta los Aquilianos, hacer la ruta una vez más, pero, esta vez, solo hasta la entrada de Cabanillas. Saldrían solo sobre los 35km pero incluyendo todas las subidas duras.
A ver si los robles siguen desnudos o ya han brotado…

domingo, 21 de abril de 2019

Semana Santa León 2019

En el Domingo de Resurrección, una foto de la Procesión del Viernes de Dolores en León...
DSC_9503
La Dolorosa a su paso por la Catedral



Estoy atravesando una racha de bajón bastante generalizada, tanto a la hora de pintar (llevo casi dos meses sin apenas tocar los pinceles), como a la de escribir entradas, como en... ¡bueno! prácticamente en todo.

De todas formas, parece que atisbo un poco de recuperación.
Incluso he hecho un par de rutas, una de ellas hasta la Robla para entrenar para los Aquilianos (creo que sí... pero no prometo nada ;o) y, de hecho, cuando se publique esta entrada, ya debería haber reconocido la segunda mitad de la travesía, entre San Clemente y Ponferrada, por Montes y el Campo de las Danzas.

En fin, a ver cómo se da.
Aún estaré una temporada sin mostrar figuras (¡no tengo nada pintado!) pero espero escribir alguna entrada más entre medias...

domingo, 7 de abril de 2019

Hombre Jabalí

El Wereboar del Bones III...

Tantos años y la piel me sigue saliendo de pena... ¡y no es que lo demás me salga mucho mejor!
Base de marrón corcho, primera luz con marrón rosa, segunda con rosa salmón y algún toque con carne pálida en las zonas más elevadas.
Lavado general con super wash mid brown y algún toquecito con agrax para terminar en las sombras más profundas.


Llevo un par de meses de lo más apático y sin apenas tocar los pinceles...
No sé cuándo o cómo voy a superar el muro, pero se notará cuando aumente la tasa de publicación.

domingo, 10 de marzo de 2019

Hellboy

Harby, de Hasslefree.... O, lo que viene siendo lo mismo: Hellboy según Kev White.




Cambiando de imprimación.

Últimamente he estado experimentando con un spray de imprimación blanco mate de Pinty Plus, (200ml a poco más de 2€ en un bazar chino) y con bastante buenos resultados.
De hecho, lo he usado con la mayoría de figuras que he imprimado (los Bones no los imprimo...) y pintado este último par de meses (Hellboy, las Pin Ups de la Flota Estelar, Elric y los Godzilas) y, como decía, el resultado es lo suficientemente bueno...
Considerablemente mejor que un spray de Precisso (bastante más caro) que probé hace un par de años...
Antes de pintar lo sombreo con Strong Tone para marcar mejor los volúmenes... ¡y que no me queden recovecos en blanco! (la pesadilla de los malos pintores con la imprimación blanca...)

También he probado el spray Plata, pero no me ha ido tan bien.
Lo probé con los Caballeros Gélidos e Intenté lavarlo con tinta negra Coat D'Arms. Para ahorrarme trabajo... y acabé currando el doble.
El resultado fue una mierda, y eso hablando bien. La tinta resbalaba y se acumulaba donde le daba la gana, con lo que había gotas de negro aquí y allá... probablemente con Nuln hubiera ido mejor.
De hecho, estuve trasteando con los escudos y las otras tintas que uso habitualmente (Nuln, Carroburg, Super Wash Blue, Green Tone) iban mucho mejor, así que haré otro intento antes de descartarlo...

domingo, 24 de febrero de 2019

Caballeros Gélidos

Hola, me llamo Javier y soy un comprador de miniaturas compulsivo/impulsivo... ¡y me da que no soy el único!

Como todos los que dedicamos parte de nuestro tiempo a las miniaturas, yo también hago compras que... bueno, pues eso, que igual me las podía haber ahorrado.
Figuras que no hacen más que aumentar la Montaña de Plomo y Plástico y que son fruto de alguna idea descabellada o proyecto absurdo.

Historia:
Estos Elfos Oscuros de Warhammer son uno de esos callejones sin salida que nunca me llevarán a ninguna parte... pero que tampoco termino de abandonar y al que he vuelto alguna que otra vez.

Me hice con ellos hace mucho, probablemente hacia finales de la 6ªed de Warhammer: una caja de Caballeros Gélidos, cuatro figuras casi idénticas con lanzas, junto al blíster del Grupo de Mando, una figura de campeón/personaje con brazos extra de músico y estandarte.

Ya antes de eso, había caído también una caja de Guerreros Elfos Oscuros de plástico, los monté con ballestas y los acabé embadurnando con la técnica del Betún de Judea.
Y, más recientemente, me he agenciado unos lanceros de resina y un jinete de raptor de Gamezone (aun sin tocar...)
Con todo esto puedo montar una pequeña fuerza de Elfos Oscuros para reglamentos como Dragon Rampant o similar... ¡si es que los termino de pintar algún día!

Figuras y pintado:
Canta mucho que los caballeros no están pegados a los gélidos.
Porque se guardan mejor así, porque las piernas hay que forzarlas y porque ya veremos si se llegan a usar...
Así que, si llega a sonar la flauta, que está por ver, los sujetaré con blutac y a correr...

El pintado de los Caballeros no tiene mucho misterio.
Al ser todo chapa, tienen una base de Gris Metalizado, con un lavado de Nuln y un pincel seco de Cota de Malla, con otro pincel seco, esta vez de Bronce, en las placas de la armadura.
Los banderines de las lanzas son azules lavados con Carroburg.

Con los entrañables Godzilas me lo he currado un poco más.
Receta verde para las escamas: Base general de Verde Negro, repasar las escamas con Uniforme Alemán, pincel seco general de Verde Góblin y otro pincel seco solo en las placas dorsales de Amarillo Lasur. Acabando con un lavado general de Green Tone Ink.
En el vientre base de Ocre Verde, iluminado con Ocre Amarillo y pincel seco de Buff, con lavado final de Sepia.

domingo, 10 de febrero de 2019

El Campeón Eterno

Elric de Melniboné, según Kev White...

Ceril, de Hasslefree, un Elfo Meditabundo (Google Translator dixit...) perfectamente usable como Elfo Oscuro, Vampiro o como tipo con mala hostia en general...
Metálicos en la chapa y azules lavados con Carrobourg en el acolchado...

Ahora un recordatorio de por qué no se deben hacer fotos macro de las figuras...
DSC_9443
Haz clic para verlo a un tamaño como nunca lo vas a ver en vivo... recuerdo eso al juzgar la calidad del pintado ;o)

domingo, 3 de febrero de 2019

Elfbrero 2019

Acabado Enanero, comienza Elfbrero... ¡esto se me está yendo de las manos!

Laril Silverhand, la Herrera Elfa del Bones III...
¡Buenos biceps...!


domingo, 27 de enero de 2019

Enano Matador

¿O era matarife...?  ;o)



Cerramos Enanero 2019 con el Dwarf Butcher del Bones III.
Más enanos en Enanero 2020.

domingo, 20 de enero de 2019

Exploradores Enanos del Señor de los Anillos

Unos Exploradores Enanos de la gama de Games Workshop para las películas del Señor de los Anillos.

Me hice con ellos en eBay hará como cuatro años o cinco años y aun no los había tocado...
Visto el resultado, ¡no había hecho falta tanta prisa!
La ropa está en varios tonos de marones y verdes lavados con Agrax.

Para las capas he usado una receta de verdes que llevo usando de un tiempo a esta parte:
Base de Verde Negro, cubierto con Uniforme Alemán excepto en los huecos más profundos, con un pincel seco general de Verde Goblin y otro, más suave y solo en las partes más resaltadas, de Amarillo Lasur (German Yellow). Termino con un lavado de Green Tone Ink.
A ver si la pruebo en cosas con escamas (saurios, dragones...)


Estos enanos (si al final hay alguna alineación planetaria extraña) puede que acaben viendo la luz en alguna partida, contra los Goblins de Northstar o los Elfos de Thunderbolt...
La idea original era usarlos con la Guardia de Khazad que pinté hace cuatro años... Una fuerza de élite de infantería pesada respaldada por hostigadores que le protejan los flancos.

domingo, 13 de enero de 2019

Aventureros enanos

Un grupo de Aventureros Enanos del Bones III.
Un par de Guerreros, un Explorador y un Ladrón...

Durgam Deepmug, Héroe Enano.
Un aventurero que no se ha dejado la mochila en casa... ¡no hay muchos!

Hagar, Héroe Enano.
Un guerrero enano bien forradito de chapa y un pintado rápido, rápido...

Durok, Explorador Enano.
Será un explorador, pero chapa tampoco le falta...

Klaus Copperthumb, Ladrón Enano.
Iba a pintarlo en verdes y marrones, como explorador, pero igual en tonos más oscuros...
El azul no me ha quedado bien.

domingo, 6 de enero de 2019

Cervecero Enano

Inauguramos el año como es ya tradicional en el Blog con Enanero.
E inauguramos este Enanero 2019 con Bugman el Dwarf Brewer del Bones III



¡Bienvenidos y Feliz Año!

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