domingo, 27 de agosto de 2017

Gigante de Piedra

Entre el Troll de Hielo de hace un par de meses y el Wolfen del otro día, me he animado con una de las figuras grandes del Bones II, el Gigante de Piedra.

Vale, lo he pintado como un Humano Gigante, y el resultado de la piel no ha sido el mismo...
¡Y en la foto es aun peor!, después de todo el trabajo que me ha dado, no he conseguido que se aprecien decentemente las subidas de luz, ¡que no es que sean muchas! pero, aun así...

Igual tenía que haber subido una foto más pequeñita...
¡En fin...!



domingo, 20 de agosto de 2017

Probando la Travesía de los Aquilianos

Mi segunda ruta del año… ¡y estamos en agosto!

Ya comenté el año pasado que me estaba planteando el hacer la Ruta B (corta) de la Travesía de los Aquilianos. Hice algún intento amago en verano en Pucela, por aquello de ver si era capaz de hacer 48km en 12horas ¡en llano! Antes de ponerme a hacerlos con subidas.
Pero ahí se quedó la cosa, olvidada... hasta este mes de abril, que mi primo me ha liado para hacerlo el año que viene.

Mi previsión era hacer los 48km en unas doce horas, a una media de 4km/h. Puede parecer muy despacio, pero es que tenemos intención de hacerlo andando, no corriendo, y, entre avituallamientos, subidas y tal, la media puede bajar mucho...
Por su parte, él está convencido de que se puede hacer en diez horas, rondando los 5km/h... Algo que un servidor no tiene tan claro.
Que sí, que los 5km/h se pueden mantener, sobre todo si no te entretienes haciendo fotos y tal, vamos, lo que hago yo normalmente en mis salidas. Además, trotando (a 7 por hora, tampoco nos vengamos arriba) en alguna bajadita o terreno un poco favorable, podemos subir la media... pero no dejan de ser unas cuantas horas.

Antes de hacer la Travesía real y enterita queremos hacerla en un par de rutas, por aquello de saber un poco dónde nos vamos a meter: de Ponferrada a Montes y de Montes a Ponferrada. Pero no hemos coincidido con las vacaciones/días libres y lo tenemos pendiente... a ver si en septiembre nos coordinamos.

De momento, y para ir conociendo un poco la ruta y, sobre todo, hacer un test de velocidad, quise probar una ruta que combinara la primera y la última parte de la Travesía.

Dejé el coche en Puente Boeza, justo al pie de la subida a Otero. Para empezar fuerte.
No es que la subida sea muy chunga, pero te pilla en frío y hace daño.

Seguimos bordeando el Pajariel, sin mucho desnivel, hasta una subida algo empinada por detrás de San Lorenzo, subida que si la recuerdo es más porque me la marca el track que por lo dura, hasta encontrarnos con una bajada, esta sí bastante vertiginosa, que nos lleva al valle del Oza.

Giramos a la izquierda y remontamos el río. Atravesamos la carretera que va a Valdecañada y seguimos hasta llegar a un puente, poco antes de San Esteban de Valdueza. Lo cruzamos.
Hasta aquí hemos venido por un camino de tierra, con alguna piedra (no eran muchas, pero creo que fui tropezando con todas...), ancho y decentemente acondicionado. Ahora vamos por un sendero estrechito pero bien marcado.
No toda la gente errante anda perdida...
Hay que señalar que toda la Travesía está perfectamente señalizada y balizada, con marcas rojas y azules en cualquier cruce por poco ambiguo o confuso que pudiera resultar. Es difícil perderse aunque no lleves GPS...

El sendero nos lleva hasta Villanueva de Valdueza.
A la entrada del pueblo, una curva muy cerrada a la izquierda y afrontamos la subida al cerro de la Pandilla. Es una subida bastante exigente (sí, veo demasiado ciclismo últimamente) pero no demasiado larga. Un paseo por la cima, recuperando el aliento, y giro a la derecha por el sendero que vuelve a Villanueva.

Aquí la Travesía de los Aquilianos gira a la izquierda, para bajar a Valdefrancos y retomar el curso del Oza en dirección a San Clemente y Montes. Pero yo tenía que volver al coche y, además, el plan para hoy solo era reconocer el terreno... sobre todo esta última subida, que había oído hablar de ella y le tenía ese miedo respeto que siempre tienes a lo desconocido.

Tras cruzar el pueblo me quedaba la parte fácil: volver sobre mis pasos y bajar por el río hasta Toral de Merayo. Poco que contar de esta parte, salvo por las piedras del camino... que me enseñaron que mi destino era tropezar y tropezar.
Eran pocas, el camino está bastante bien, pero es que creo que me di con todas.

En Toral cruzar el pueblo, abandonar el Oza por el Sil y retomar los últimos kilómetros de la Travesía de los Aquilianos.

Justo al salir de Toral hay una subida cortita pero un poquito cabrona. Es una zona en la que el camino va medio enterrado y pica hacia arriba... pica bastante.

No sé exactamente cómo, pero debió ser al pasar esa subida que me despisté y seguí el camino del Pajariel (que también está señalizado) en vez bajar hasta el río, que es por donde sigue la Travesía. De hecho, hay tramos que va por dentro del propio cauce; en agosto no hay problema, pero a primeros de junio, como el año haya sido lluvioso... no sé yo.

Tras una bajada empinada hasta recuperar la ruta, remonto el cauce del Sil (a veces por dentro) hasta la pasarela peatonal del barrio de la Estación.
Aquí me vuelvo a separar de la ruta, aunque esta vez lo hago aposta. En vez de cruzar el río, como hace la Travesía, yo seguí la carretera de vuelta al Puente Boeza... y al coche.


Al final, 24.47km en 4h28m a una media de 5.48km/h... ¡No ha estado mal!
Mantuve una velocidad bastante constante y apenas hice paradas, un poco de trote en algunos tramos favorables (no sé si haría 1km corriendo), unas pocas fotos sin detenerme, comer y beber sobre la marcha y creo que la parada más larga que hice fue para atarme las botas... ¡no sé si llegaría al minuto!
Cansado por el ritmo, pero satisfecho con el resultado de la prueba.


Sigo sin comprar lo de hacerlo en 10 horas... ¡pero ya no lo descarto!

domingo, 13 de agosto de 2017

Predator Wolfen

Un Wolfen, de la marca francesa (desaparecida hace tiempo) Rackham.

Un poco de historia:
Cuando surgió Rackhan, a mediados de los 90, las figuras de metal (excepto las grandes: dragones, etc.) solían ser lineales. Es decir, de una sola pieza y con un aspecto un tanto plano o lineal y, generalmente, estático.
¿El motivo? Que así son más fáciles de encajar en los moldes y, por lo tanto, de fabricar.
Esto, en sí mismo, no es ni bueno ni malo. Hay figuras lineales absolutamente fantásticas, incluso dinámicas, pero se puede hacer monótono.

Racham fue de las primeras en adoptar un estilo (hoy seguido por mucha gente, por ejemplo Corvus Belli con Infinity) consistente en modelar miniaturas de metal multiparte con lo que conseguía figuras muy dinámicas... un poco lo que se hace con las matrices de plástico multicomponente,pero en plomo.
Eso, unido a una estética propia, tanto en las propias figuras, como en el pintado (fueron pioneros del Non Metallic Metal) los convirtió en líderes de su campo...

Hoy Rackhan ya no existe (intentaron pasarse al plástico prepintado y fue un desastre...) y sus figuras de metal se encuentran en Coolminiornot (reeditados en resina) o en eBay y a precios puede que un pelín desorbitados...
Pero su estilo sí ha calado y son multitud los fabricantes que usan ese modelado de figuras de metal multicomponente, amén del NMM, un estilo de pintura que a mi se me hace pesadísimo, pero que goza de gran popularidad.

De Rackham siempre me gustaron los Wolfen de Yllia... Claro, ¡Y a quién no!
Eran Unos hombres Lobo tamaño ogro con poses dinámicas y con un salvajismo primitivo... ¡una pasada!
En su momento me hice con un par de Vestales, una fue un regalo y la otra la he despintado ya 2 veces...
Y no hace tanto, aproveché una liquidación para pillar unas miniaturas de plástico prepintadas y el Bloodthirsty Predator que presento hoy.
Me gusta como me ha quedado la piel (aunque en la foto no se noten todas las luces) pero en el resto de la figura (lavados y pincel seco... ¡nada de NMM!) no he conseguido el mismo resultado...

Por cierto, ¡que pesa un huevo!
Me había acostumbrado al plástico (GW y Bones) y esto es un buen pedazo de plomo...


También me hice en su momento con la caja del Clan Enano... ¡Para un Enanero de estos!


domingo, 6 de agosto de 2017

Spike Shell Warriors

Hoy toca la segunda entrega de las Swamp Things del Bones II: Los Spikeshell Warriors.
La primera fue con los Squogs y aun me queda el Troll del pantano... ya veremos para cuando.
En estos guerreros con concha he usado el mismo esquema de color que en el Basilisco del otro día.
Olive Drab con aerógrafo, con un pincel seco general de Marrón Vómito de Coat D'Arms y lavados de Sepia (Game Color) en las partes duras y de Super Wash Green (CdA) en las partes blandas.
El lavado verde mancha un montón, de modo que no he dejado que se acumule y he retirado el exceso con un pincel limpio, de modo que quede un tono verde/grisáceo.

Es una combinación que me parece resultona y que voy a reutilizar más veces: para empezar en el Dragón Tortuga.
Y, luego, también lo quiero probar en unos Marines de Mantic y en unos Panzergrenadiers de la NSL en 15mm...

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