domingo, 12 de mayo de 2019

Reconociendo la Travesía de los Aquilianos

El próximo 1 de junio, a eso de las seis de la mañana, estaré saliendo de la Plaza del Ayuntamiento de Ponferrada para hacer la Ruta B de la Travesía de los Aquilianos 2019.
Para saber lo que nos íbamos a encontrar, estas últimas semanas, mi primo y yo, que la vamos a hacer juntos, hemos estado reconociendo los tramos de la ruta que no conocíamos.

Empezamos con la subida larga, de unos 7/8km desde San Clemente de Valdueza, pasando por Montes, hasta el Campo de las Danzas.

En un día bastante asqueroso, dejamos el coche en San Clemente y, con un par de acompañantes, uno de ellos experto en la Travesía, echamos a andar junto al río.
Es un tramo presuntamente cómodo (en realidad este trozo no lo conozco) que viene de Valdefrancos y la bajada del Cerro de la Pandilla, por la margen izquierda del Oza.

Al dejar atrás el pueblo, seguimos por tramo de carretera, como de medio km, antes de girar a la derecha y empezar con lo duro…

Puede que sea el tramo de mayor desnivel (de subida… de bajada hay alguno peor) que vamos a hacer (los de la ruta B… los de la A tienen la trepada a Cabeza de la Yegua) Hacemos unas zetas en las que salvamos (según el GPS) casi 200m de desnivel en poco más de 1km.
Luego la cosa suaviza bastante y, aunque aún queda algún tramo de subida antes de llegar a Montes, es bastante suave y hay muchos tramos llanos.

El día había amanecido frío y húmedo y, aunque aún no había empezado a llover (no tardaría) llevaba varios días cayendo agua casi sin parar y el suelo, de pizarras, estaba mojado y resbaladizo. Además de que uno de los arroyos se había llevado el puentecillo que lo salvaba y nos la jugamos un poco al cruzar por las rocas…

Llegamos a Montes de Valdueza y, mientras empezaba a lloviznar giramos a la derecha, siguiendo las marcas azules de la Ruta B, para salir del pueblo por el camino que lleva a los Doce Apóstoles, el Campo de las Danzas y la Aquiana…
Este es un tramo de alrededor de 3km que salva unos 300m de desnivel. Más largo, pero también más tendido, que va manteniendo un desnivel bastante constante, sin apenas altibajos.

Una vez pasamos por debajo de los Doce Apóstoles, se puede decir que la subida ha terminado y, con ella, la parte más dura (para nosotros) de la Travesía.
Teníamos que volver al coche, así que solo seguimos un poco más antes de dar vuelta, ateridos, mojados y mirando con envidia el sol espléndido que lucía sobre Ponferrada y el corazón del Bierzo… Y el anillo de nubes oscuras y cargadas de agua que lo rodeaban.
La Comarca vista desde Mordor...

El camino por encima de Montes es de tierra y bastante cómodo, tanto para subir como para bajar. Pero, por abajo, la senda que habíamos subido y ahora teníamos que desandar, sigue en parte un antiguo canal romano, de los que llevaban agua a las Médulas. Estos canales están excavados en la roca, que aquí es pizarra...
Pues eso, que con las pizarras sobresaliendo del suelo y mojadas por la lluvia de los días anteriores y la llovizna de esa mañana, el camino de bajada estaba resbaladizo y un poco peligroso, con lo que tuvimos que ir con bastante cuidado.
Y no me olvido del arroyo que se había llevado el camino y ya habíamos cruzado a la ida…

Ya en las zetas, de tierra, los canales los excavaban con poca pendiente, nos encontramos con un ciclista, a pie, empujando cuesta arriba su bicicleta de montaña. Nos saludamos “no vas a poder llegar a Montes, el camino está medio cortado…” “Voy siguiendo un track, pero creo que lo he cogido al revés…” y seguimos nuestros respectivos caminos.

Ya en la carretera, de vuelta al coche, vamos en silencio, masticando unos trozos de empanada de mi madre… ¡solo se oían suspiros!

TL/DR: Primer tramo duro, con mucha pendiente, luego falso llano (a veces no tan falso) por el canal hasta Montes y otro tramo de pendiente constante, más largo, pero no tan duro como el primero, antes de pasar por debajo de los Doce Apóstoles y terminar el tramo duro de la Travesía.
La mayor complicación no será la pendiente en sí (aparte del primer km) sino, más bien, los 15km que ya llevaremos en el cuerpo cuando lleguemos a las zetas.



Dicen que todo lo que sube tiene que bajar, así que, una vez explorada la subida, tocaba engañar a algún alma caritativa para que nos acercara hasta el Campo de las Danzas (o encontrar algún sádico que nos dejara tirados en el monte) y así poder reconocer la bajada…

Por cierto, ¡Pedazo trepada desde Villanueva de Valdueza!, era mi primera vez, no conocía esta zona, pero no va a ser la última...


Empezamos con un par de km muy cómodos, una mezcla de falso llano/bajada suave en dirección Ferradillo. De hecho, el sendero que cogemos resulta demasiado suave…
Llegando al alto que hay por encima del pueblo nos encontramos una vaca que, amablemente, nos dirige hacia un sendero que sale a nuestra izquierda y baja bastante vertiginosamente hacia la fuente a la entrada del pueblo. No vemos ninguna marca de la Travesía, así que seguimos por el camino que rodea el alto… bastante más largo y tendido.

Tras saltarnos el primer descenso fuerte, giramos a la derecha por el camino que sale de la fuente por un tramo bastante llano como de km y medio, para, tras remontar una cuestina, empezar la bajada de verdad…

Los 2,5km siguientes, seguramente sean los más bonitos de la ruta de hoy.
Seguimos un sendero estrechito, a media ladera de la Peña del Reconco, que, a ratos vertiginoso, a ratos no tanto, baja por un robledal espectacular… Los robles apenas empiezan a brotar y ya promete.
En general el sendero es de tierra y, aunque tiene tramos de pizarra, nada que ver con la bajada desde Montes.
Es un descenso precioso, sí, pero no fácil.
EL sábado pasado, con un tiempo fantástico, por cierto, nada que ver con cierto viernes santo pasado por agua, apenas llevábamos media docena de km y bajábamos controlados, pero rápidos.

EL Día D llegaremos aquí con alrededor de 35km en las piernas…
Y a ver con cuánta gente llegamos, que el sendero en su mayor parte es estrechito y solo cabe una persona…

Tras una última cuesta que casi parece un barranco, cogemos un camino, más ancho (¡también más feo!) y con pinta de llevar poco tiempo arreglado, que nos lleva con menos pendiente hasta Rimor.

La parte difícil de la Travesía termina realmente aquí. Estamos a unos 8/9km de meta y casi todo lo que nos queda es llano.

Cogemos la carretera durante 500m antes de girar salir a un camino hacia Toral de Merayo, todo completamente llano y muy cómodo.
A la salida de Toral hay un repechito, poco o nada, después de lo que llevaremos a esas alturas, pero que, precisamente por eso, podría hace daño.
Pasado este repecho, conviene ir atento a la señalización. Nos tendremos que desviar a la izquierda para bajar hasta el río… al contrario de lo que hice hace tres años.

Ya solo hay que seguir la margen izquierda del Sil hasta Ponferrada. El terreno es llano, aunque bastante irregular en los tramos que nos metemos en el propio cauce.
Cruzamos la pasarela del barrio de la Estación y seguimos por la orilla derecha hasta el puente del ferrocarril, donde cruzamos de nuevo el río para acercarnos a la dificultad final: la subida por el talud del Castillo.
Parece poca cosa, pero después de 47km...

TL/DR: En general bastante cómoda, con la excepción de la cuesta que baja a Ferradillo y el tramo del robledal. El resto tiene poca dificultad.
La dificultad real será el cansancio y los más de 30km con los que llegaremos a Ferradillo.


Y ya está, hasta aquí.
Salvo los tramos entre la bajada de la Pandilla y San Clemente y el del Campo de las Danzas, he hecho toda la travesía… aunque en tres días diferentes. Ahora tocará hacerlo todo seguido el mismo día.
Esta no va a ser una ruta de 15/20km de esas que te haces casi con el desayuno.
Al igual que los ciclistas y, como nos decía nuestro Personal Trainer (el cuñado de mi primo, experto en la materia): la clave estará en el CBR: Comer, Beber y a Rueda… desde el primer kilómetro.

¡A ver cómo se da….!

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