Semana de la Arquitectura (III): El Torreón de Lozoya

Era viernes y la semana tocaba a su fin.
También la III Semana de la Arquitectura de Segovia y, para cerrarla, nos fuimos a ver el Torreón de Lozoya, en la Plaza de San Martín.

¿Nos acompañas?


Las alternativas eran Santa Cruz la Real y el Parral, y escogimos el Torreón por que el tiempo estaba un poco revuelto y nos pillaba más a mano.
Empezamos la visita con un poco de retraso, solo tenemos a una de nuestras guías y no tiene la chuleta con lo que tiene que contarnos, de modo que esperamos un rato a que vengan dos compañeros:
Suspensos.
No por la chuleta o el retraso, está bien que hayas salido la noche anterior y (¡a las cinco de la tarde!) estés un poco hecho polvo (a fin de cuentas, ayer fue jueves...) y tampoco me parece mal que consultes tus notas.
¡Pero leerlas al pie de la letra y casi no saber contestar sin mirar los dichosos papeles...!
Vamos, que algunos compañeros se curraron más sus créditos para la Carrera...


Tras informarnos sobre el origen mitad militar (situación estratégica, con un ramal del acueducto que llegaba hasta aquí y el Palacio Real de San Martín, actual museo Esteban Vicente, a solo 20 metros) mitad palaciego (la puerta de entrada a la Torre es demasiado grande para lo que debería) entramos y accedemos al primer patio.
Hasta aquí nada nuevo (bueno, para mi sí, que no había entrado nunca...) este es el acceso a las exposiciones de Caja Segovia, dueña del edificio.
Dejo en consigna la mochila con la cámara, no se pueden hacer fotos ni llevar mochilas, y subimos al primer piso.


La verdad es que el sitio es una pasada, total y absolutamente infrautilizado, pero una pasada.
Montón de habitaciones y todas ellas amuebladas en un estilo, quizá, un poco pasado de moda, pero de esos que se dicen con encanto. Además de con piezas (pintura, escultura, muebles...) originales y de un precio, perfectamente calculable, de unos cuantos ceros...

Lo de por cuanto nos saldría una hipoteca... no creo que ni entre media docena Caja Segovia se avenga a razones. A pesar de que, como es tan grande, ni nos veríamos en días... En fin...
Un segundo patio espectacular, más recogido, privado, con unas vistas espectaculares a la Sierra debido a la baja altura de los edificios de Segovia y a la (muy pronunciada) pendiente en que se se inclina el suelo.

Patio que no podemos visitar, porque están cambiando piezas para una nueva exposición.
Así como tampoco podemos subir a la torre. Por motivos de seguridad...


Y nada más.
Apenas media hora y sin fotos... Un final un poco decepcionante, después de la espectacularidad de las visitas anteriores, pero bueno... a ver la próxima vez ;o)