Después de tres años en León en los que apenas he pisado la montaña, me he decidido (¡por fin!) a echarme de nuevo al monte.
Los fiordos leoneses del embalse de Riaño |
Motivos ha habido varios, muchos personales, algunos pandémicos... ¡en fin!
El caso es que, hace unos días me fui hasta Riaño para subir al que, dicen, es el Cervino leonés: el Pico Gilbo.
La falta de gente no fue precisamente un problema... de hecho hubo ratos que me tuve que poner la mascarilla.
Dejé el coche en una explanada que hay justo antes del puente y, tras cruzar una servidumbre de paso, cogí el camino que está marcado hacia la Cueva de la Vieja del Monte y el Mirador de las Viescas y que va bordeando la orilla del embalse.
Los dos primeros Km son totalmente llanos y vas por una pista bastante amplia que bordea el agua.
Alrededor del km 1,5, en el recodo que hace el pantano, puedes coger un sendero que surge a tu izquierda. Es el sendero por el que bajé. La mala noticia es que empiezas a subir ya. La buena es que, al ser más larga, la subida también es más tendida...
Seguimos... Sobre los 2km, nos desviamos del camino que sigue hacia el camping y subimos por un sendero que sale a nuestra izquierda, de nuevo señalizado hacia la cueva de la Vieja del Monte.
La senda vuelve a llanear y, para el 3km, habremos llegado a la cueva. Está a tu izquierda, a unos metros sobre el camino. No llegué a entrar.
Unos metros más adelante, a la derecha, el mirador de las Viescas.
Y, sobre los 3,5km la primera subida fuerte del día. Tengo la sensación de que el sendero no estaba bien marcado (le echo la culpa al empedrado...) porque me desvié un poco y traté de trepar casi verticalmente... afortunadamente me di cuenta rápido (o me avisaron, no estoy seguro ;o) y volví al camino.
Dije la primera subida, pero, en realidad, ya no paras de trepar. Como hice un par de paradas en sendos collados (en el mapa no viene cómo se llama el pico que está entre el Gilbo y la Peña Vallarqué) tuve la sensación de que había tramos llanos... ¡pero no!
De hecho, lo que sí que hay son tramos en los que tienes que echar mano al suelo casi más para escalar que para subir caminando.
Aún hice una última parada a 200m de la cumbre mientras observaba los Fiordos Leoneses y tarareaba aquello de should I stay or should I go... ;o)
Y la cima. Hacer una panorámica, grabar un vídeo, echar un trago, ponerme la mascarilla... ¡no necesariamente en ese orden!
Esta panorámica es el premio por llegar arriba... |
La mascarilla... sí, ya sé que estábamos al aire libre, que había algo de brisa... pero estábamos como una docena de personas y me pareció buena idea (no era el único que la llevaba...)
Evidentemente, no era tan exagerado (¡ni de lejos!), pero sí que tenían un aire esos momentos en los que un grupo tenía que pararse para otro pudiera subir/bajar por el estrecho senderito. Sobre todo en los tramos que podríamos llamar de escalada...
Para la bajada, un poco culo a rastro y, en la zona entre los collados, me desvié a la derecha para cambiar de valle y conocer otro camino.
Aquí las vistas no son tan buenas (no ves el pantano) pero vas por un bosque, hayas, me pareció, que en otoño tiene que estar precioso... ¡otro motivo para volver!
Terminada la ruta, crucé el puente para hacer algunas de fotos (desde el Columpio más alto de España) visita rápida al pueblo (¡volveré...!) y vuelta a casita.
Aunque tienes pocas posibilidades de perderte y hay un montón de tracks, yo también he querido subir el mío...
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